ESCALADA CONSCIENTE | Toni y Samantha nos guiaron con amabilidad, cuidado y atención a sentir las sensaciones del momento y a olvidarnos de alimentar nuestras autolimitaciones, a mi hijo y a mí. A ambos nos sorprendió que no lidiáramos con la sensación de vértigo (*). Y para mí ha sido increíble que con mi sobrepeso de 30 kilos y mi absoluta falta de condición física pudiese subir esas paredes verticales.
Ahora me siento animado a hacer algo de deporte y seguir con ese mundo auténtico de la naturaleza. Y de la escalada.
Recomiendo que os hagáis fotos.
(*)Curiosamente, sí la sentí recordando la actividad en el sofá ¡Hay que ver! ¡Cómo nos engaña «La Mente»!