En principio no quería ir, porque era bastante lejos y termine encantada de este maravilloso paseo.
El guía te pide quitar los zapatos porque la idea principal es que tus pies conecten con la naturaleza, caminar descalzo por este hermoso bosque junto al río solo concentrado en tu respiración.
Luego descargamos nuestros estrés metiendo las manos y los pies por un largo rato dentro del agua friiiiaa del río. Esta parte pienso que fui la única que lo disfruto, la mayoría lo paso mal, es que si estás muy cargado, las manos se comienzan a poner rojas, eso significa que tu circulación no va bien.
Seguimos y al final del camino, hicimos unos ejercicios muy interesantes y viene la parte mas importante de esta excursión y es que una parte del retorno la debes hacer con tus ojos vendados y nadie agarrándote. Nos han puesto en pareja, uno ve y el otro no, el que ve debe guiar al que va sin poder ver, pero sin hablarle, intentar no tocarle.
¡Es increíble las sensaciones que genera en cada persona, te aconsejo que lo hagas algún día!.
Porque debes confiar en ti y en la pareja que te asignan, confiar que no va a dejar que te vayas a lr hacia el precipicio, confiar en tus sentidos como es el tacto y el Oír.
Mi compañera pisaba fuerte y yo me guíe por ese sonido…y logre hacer la caminata sin problema. Cuando me tocó a mi guiar, hice que la otra persona se guiará con el tacto.
Hubieron personas, que esto les causa pánico y no pueden caminar, se bloquean, a la medida que participan mas en éstas caminatas, lo van trabajando mejor.
Fue un paseo dominical fantástico
